Restos de un Cristo gótico sin cabeza y brazos, pero no deja de ser una muestra maravillosa de la iconografía del siglo XIII- XIV. Por la disposición de las piernas, una más adelantada que otra y paralelas, intuimos que los pies estaban cruzados por las puntas. El paño de pureza es largo y tuvo una caída en el lado derecho e izquierdo que están desaparecidas. El perizonium tiene restos mínimos de policromía dorada. Cuerpo recto, con piernas estiradas. Considerando la disposición del cuerpo y el paño de pureza, y suponiendo que los pies en origen estaban cruzados, posiblemente estemos ante un Cristo italiano de finales del 13 o principios del 14.
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